Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos. Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios. 1 Tesalonicenses 2:8-9
Se ver el amor de los hermanos, bendito sea nuestro Señor
jueves, 14 de septiembre de 2017
Tesalonicenses 2:8_9
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